lunes, 25 de febrero de 2013

EL ESTADO DEL VÓMITO


¿Cómo tienen la desvergüenza de hablar de una futura LEY DE TRANSPARENCIA, cuando se está aplicando, con una contumacia nauseabunda, la OPACIDAD a todos asuntos penales que un día sí y otro también saltan a la palestra?

Las imputaciones, los juicios y las demandas a políticos, empresarios y personajes públicos, de todo tipo y color, invaden las sedes judiciales de todas las Autonomías de nuestro Estado. Son cientos los que se encuentran imputados por malversación de fondos públicos, evasiones fiscales, falsedad en documentos públicos, prevaricaciones, cohechos y un largo etcétera de delitos perfectamente tipificados en nuestros Códigos Civil y Penal y sin embargo nunca llegamos a saber con seguridad cuantos son absueltos, cuantos son declarados culpables, y llegado este caso, cuantos se benefician  de los recursos y contrarecursos, financiados en gran parte por el dinero público de las Instituciones que les continúan dando cobertura, para demorar hasta el esperpento el momento de pagar su deuda con la sociedad.

Por supuesto, ninguno devuelve lo robado, a ninguno parece ser que se le embargan los patrimonios, las deudas con la Hacienda Pública siempre se saldan con complementarias cuando no han prescrito, los restantes delitos han prescrito igualmente en la mayoría de los casos, las penas impuestas en algunos de los casos que raramente conocemos se reducen al mínimo necesario para que no tengan que pisar “la trena” y las inhabilitaciones para ejercer cargos públicos se producen cuando los encausados ya no tienen ni ganas ni necesidad de seguirlos ostentando.

Los jueces e instituciones judiciales, poder independiente “nombrado a dedo por los partidos políticos”, se cuidan muy bien de enchiquerar a algunos ejemplares (“Cachuli”, Roca, Correa, etc.) no apoyados por los grandes centros de poder político, para intentar dar ejemplo de rectitud y firmeza, mientras que los grandes nombres de implicados en la corrupción pertenecientes a dichos centros siguen campando a sus anchas, y presentando recursos hasta la náusea, sin que la ciudadanía aprecie hacia ellos la misma dureza (p.e.: embargo de la c/c) que a ella se le aplica en el impago de una multa o en su retraso en el pago de sus obligaciones fiscales.

¿Y aún se atreven a hablar de LEY DE TRANSPARENCIA, con la que está cayendo, y sin que hagan nada por reconocer los desmanes que se han producido y se siguen produciendo?.

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