“Hoy
la Tortuguita se ha levantado filosófica”
Desde
la aparición del homínido sobre nuestro planeta, incluso antes pues
entre especies animales anteriores se daba igualmente este fenómeno, la consecución y el ejercicio del “poder”
ha sido la meta de la especie humana, en principio a nivel individual,
por la supervivencia, y después a nivel grupal por el desarrollo,
afianzamiento y dominio de la sociedad en que, en cada momento, estaba inmerso.
No
descubro nada nuevo, pues todo ello es un hecho comprobado y asumido con los
estudios realizados sobre la evolución de las numerosas civilizaciones anteriores
a esta en la que actualmente nos encontramos.
Estos
estudios y conocimiento han dejado al descubierto el “peligro” que supone el poder mal ejercido y numerosos filósofos, historiadores
e intelectuales lo han puesto de manifiesto a través de numerosas frases, unas
reales y otras atribuidas exactas o parecidas, pero totalmente definitorias
de este fenómeno.
Ya
en los años 650 a.c., el estadista y uno de los siete sabios de Grecia,
Pitaco de Mitilene, parece que dejó una contundente aseveración sobre este
asunto; se trata de la siguiente o muy parecida frase, según distintos
registros:
” Si queréis conocer a un hombre, revestidle de un
gran poder”,
demoledora,
pero muy cierta. No tenemos más que mirar a nuestro alrededor y comprobar.
Mas
recientemente, nuestro “querido profesor” Tierno Galván nos dejaba otra
perla, tal como,
” El poder es como un explosivo: o se maneja con
cuidado, o estalla”,
Al
igual que la anterior difícil de rebatir, a la vista de lo que muchos de
nosotros hemos vivido o estamos viviendo.
También
de época mas reciente la del político e historiador inglés Lord Acton,
” El poder tiende a corromper, el poder absoluto
corrompe absolutamente”,
y la del poeta
y dramaturgo español Antonio Gala,
” Al poder le ocurre como al nogal, no deja crecer
nada bajo su sombra”
Todo
ello, además de alertarnos sobre el rechazo total a cualquiera de los pensamientos
totalitaristas que todos conocemos, que nos rodean y que pretenden invadirnos,
nos previene, dentro de nuestro sistema democrático, sobre el peligro de delegar el poder, sin
el adecuado y posterior control, en quienes por su cortedad de miras,
por su sesgo absolutista o simplemente por su irresponsabilidad pueden hacer,
como en el pasado siglo ha sucedido, descarrilar movimientos sociales de calado
y convertirlos en regímenes dictatoriales imposibles de aguantar y sostener.
La
megalomanía ya tuvo su momento álgido en las épocas de Luis XIV y Luis
XV de Francia, con sus respectivos,
” El Estado (o el poder) soy yo”
“ Después de mí el diluvio”
Quedémonos por todo ello, e intentemos seguir con honestidad, el mensaje contenido en una de las frases del gran escritor y fabulista francés
Jean de la Fontaine, quien entre sus muchos consejos nos aporta el
siguiente,
” Cualquier poder, si no se basa en la unión, es débil”
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