La TORTUGUITA
tiene la convicción de que “el derecho a protestar” es el
primero de los derechos que tienen los ciudadanos. Sin él, de nada valdrían los
demás, pues carecer del derecho a
valorar, y criticar en su caso, la gestión realizada por nuestros
representantes políticos en la sociedad en que nos desenvolvemos, hayan o no
sido elegidos por nosotros, conculcaría infinidad de otros, como, por ejemplo,
la libertad de expresión, el acceso a la información de los asuntos públicos, …
, etc, y desembocaría por tanto en la negación de la democracia.
Pero parece ser que no todos gozan del mismo
convencimiento y como prueba más cercana tenemos el ejemplo de nuestros gestores municipales. Estos,
ante la continua solicitud de información por parte de los vecinos resuelven
ignorarla, ante la reiterada solicitud de participación legalmente prevista
optan por el silencio, y con todo ello solo dejan salida a la protesta
de denuncia.
Y cuando esta llega, seguramente imbuidos del espíritu preconizado por “sus mandos” en la amenazante
LEY DE SEGURIDAD CIUDADANA, rápidamente
se movilizan y con la facilidad que les da su posición de poder deciden la acción más fácil y represora, “la sanción”.
¿Acaso creen
Vds. que de ese modo pueden acallar la voz de los vecinos?
¿Piensan que de ese modo podrán ocultar su pésima
gestión y sus despilfarros?
¿Siguen con su errónea convicción de que la
democracia es la votación cada cuatro años y después a vivir?
Están equivocados, jamás podrán eliminar “el
derecho a protestar” máxime cuando es pacífico y razonado, y además éste
prevalecerá sobre todos Vds.
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