¿Cómo
tienen la desvergüenza de hablar de una futura LEY DE TRANSPARENCIA, cuando se está
aplicando, con una contumacia nauseabunda, la OPACIDAD a todos asuntos penales
que un día sí y otro también saltan a la palestra?
Las
imputaciones, los juicios y las demandas a políticos, empresarios y personajes
públicos, de todo tipo y color, invaden las sedes judiciales de todas las Autonomías
de nuestro Estado. Son cientos los que
se encuentran imputados por malversación de fondos públicos, evasiones
fiscales, falsedad en documentos públicos, prevaricaciones, cohechos y un largo
etcétera de delitos perfectamente tipificados en nuestros Códigos Civil y Penal
y sin embargo nunca llegamos a saber con seguridad cuantos son absueltos,
cuantos son declarados culpables, y llegado este caso, cuantos se benefician de los recursos y contrarecursos, financiados
en gran parte por el dinero público de las Instituciones que les continúan
dando cobertura, para demorar hasta el esperpento el momento de pagar su deuda
con la sociedad.
Por
supuesto, ninguno devuelve lo robado, a ninguno parece ser que se le embargan
los patrimonios, las deudas con la Hacienda Pública siempre se saldan con complementarias cuando no han prescrito, los
restantes delitos han prescrito igualmente en la mayoría de los casos, las penas
impuestas en algunos de los casos que raramente conocemos se reducen al mínimo
necesario para que no tengan que pisar “la trena” y las inhabilitaciones para
ejercer cargos públicos se producen cuando los encausados ya no tienen ni ganas
ni necesidad de seguirlos ostentando.
Los
jueces e instituciones judiciales, poder independiente “nombrado a dedo por los partidos políticos”, se cuidan muy bien de
enchiquerar a algunos ejemplares (“Cachuli”, Roca, Correa, etc.) no apoyados
por los grandes centros de poder político, para intentar dar ejemplo de
rectitud y firmeza, mientras que los grandes nombres de implicados en la
corrupción pertenecientes a dichos centros siguen campando a sus anchas, y presentando
recursos hasta la náusea, sin que la ciudadanía aprecie hacia ellos la misma
dureza (p.e.: embargo de la c/c) que a ella se le aplica en el impago de una
multa o en su retraso en el pago de sus obligaciones fiscales.
¿Y
aún se atreven a hablar de LEY DE TRANSPARENCIA, con la que está cayendo, y sin
que hagan nada por reconocer los desmanes que se han producido y se siguen
produciendo?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario