Durante la presente y convulsa legislatura en Moralzarzal, protagonizada en parte por agentes externos no habituales, (COVID, Filomena y “otros”), varios de los grupos municipales (PP, VOX, VMP) han sufrido en sus estructuras, por diversos motivos internos que no viene al caso analizar, el abandono en sus filas de algún concejal elegido, incluso cabezas de lista en las pasadas elecciones.
Lo que sí puede venir al caso es analizar la COHERENCIA, o no, demostrada por dichas personas tras sus respectivas renuncias.
COHERENCIA
es, una vez que se renuncia, devolver el acta obtenida al partido por el que se
presentaban, dejando correr la lista de candidatos y permitiendo mantener el
espíritu y la acción aprobada por el grupo.
INCOHERENCIA
es, continuar manteniendo en su poder el acta conseguida dentro de la lista
electoral del partido, disfrazándolo con cuestionables argumentos, y posicionarse en la oposición al mismo y a su propuesta
electoral, transgredir los acuerdos programáticos asumidos y suscritos con otras
formaciones, y dejar al Equipo de Gobierno resultante en minoría durante el
resto de la legislatura, frustrando la realización de diversos compromisos con sus votantes.
En breve estaremos en una nueva confrontación electoral, pero cuando las nuevas listas electorales se conformen, si algunas de estas personas repitieran en alguna otra formación, sería muy conveniente analizar y sopesar la coherencia o no de las mismas, previamente a la emisión del voto por lo que de cara al futuro de nuestra localidad pudiera acarrearle.
La “mujer del Cesar” no
solo “debe parecer decente, sino serlo”.
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