Tras una “travesía del desierto”, trufada de bloqueos, falacias, descalificaciones, denuncias inconsistentes, insultos y odio mal contenido hacia quienes de manera legítima y democrática le desalojaron del gobierno de la institución pública, que entendía era de su estricta propiedad, el PP de Moralzarzal afrontó las pasadas elecciones pretendiendo dar una imagen de renovación tanto en la elección de su nuevo candidato a la Alcaldía, como en el discurso que el mismo propiciaba en la campaña electoral.
La
estrategia electoral, afortunadamente, no le funcionó pues además de no
conseguir su propósito, sufrió un nuevo varapalo que redujo su representación
en el Ayuntamiento.
Y dice la tortuguita que afortunadamente porque, desde Junio de 2019, el PP está demostrando que, de cambio de imagen y renovación nada de nada.
Pleno tras Pleno, tanto las
intervenciones de su portavoz, que no es el cabeza de lista como sería de
esperar después de su elección y campaña, como la de los restantes concejales intervinientes según los casos, que
casi nunca es tampoco el cabeza de lista, continúan
plagadas de descalificaciones, insultos y agravios hacia todos los componentes
del Equipo de Gobierno, por una u otra causa según sus criterios.
La
última payasada, muy grave por
cierto, en el último pasado pleno, la de acusar a sus compañeros concejales del resto
de formaciones, de falta de honor, honestidad y de perjurio en la jura de sus cargos y tildarles de anticonstitucionalistas,
por votar en contra o abstenerse en una “moción
franquicia” que presentaban por mandato de sus adláteres comunitarios y
estatales.
Es lamentable la imagen
que están dando, pero
está bien que se muestren tal como son, de esa forma no engañaran a nadie
aunque lo deseen.
Lo
que también es patético es contemplar,
durante estas intervenciones de sus compañeros, la imagen “tancredista” de
quien es cabeza de lista de esta formación. La tortuguita siente una curiosidad
malsana, cuando fantasea en cómo serán sus pensamientos.