Por fin, tras años de abandono y desidia en nuestro monte público, se han iniciado en
Matarrubia unas intervenciones que la
Comunidad de Madrid y el Equipo de gobierno anterior tenían acordadas desde
2011 e inexplicablemente no habían sido acometidas.
Aunque igual de inexplicable es que personas que
han demostrado tan bajo nivel de sensibilidad medioambiental, sean
promocionadas a altos cargos de responsabilidad en el medio rural de nuestra
Comunidad; será por la coincidencia de siglas.
Esta prolongada
inatención propició que, entre otras anomalías que afectaban al conjunto de
la masa arbórea, durante la pasada primavera-verano la ladera sufriera una
importante plaga de procesionaria que también se está combatiendo con otros
medios.
La intervención actual consiste en la entresaca y tala de numerosos
ejemplares que masifican el pinar, con distintos objetivos
Primero, clarificar y sanear el bosque permitiendo que los pinos restantes continúen su crecimiento en condiciones óptimas,
Segundo, dificultar la propagación de la
procesionaria al eliminar la densidad de árboles y el excesivo contacto entre
ellos; contra la procesionaria
últimamente fueron instaladas 60 trampas, que atraparon más de 3000 ejemplares
de orugas, y se ha realizado una fumigación de cara a la próxima temporada.
Tercero, cuando
acaben los trabajos actuales, instalar nidos para aves insectívoras que
ataquen asimismo la procesionaria y ayuden en su control, y repoblar con otro tipo de árboles autóctonos
los espacios clareados que así lo aconsejen.
Los trabajos actuales están siendo llevados a cabo
en las cotas más bajas de la ladera que eran las más afectadas por las
anomalías, pero es de esperar que en
próximas campañas anuales se vayan extendiendo hacia la cumbre que también
necesita de atención en numerosos tramos.